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dimecres, 22 de novembre del 2017

UNA LECTURA DE “BERNAT METGE” DE LUCAS MARGARIT

Gracias a las redes sociales he conocido el libro de poemas titulado “Bernat Metge” del poeta argentino Lucas Margarit. Un poemario exigente y de clara motivación existencial. Para un catalán el título es sorprendente y le pueden surgir de entrada muchas preguntas. Precisamente el escritor medieval Bernat Metge no es uno de los más citados, ni promocionados, por la dificultad de comprensión de su obra. Así pues, el libro de Lucas Margarit empieza con una dedicatoria a la abuela del autor, que es del pueblo de Claverol, Pallars Jussà, y al padre de Lucas que vivió un tiempo en Barcelona. Pistas, busco pistas, para entender la obsesión de Margarit por este enigmático personaje de las letras catalanas. La primera que encuentro es el origen catalan de Lucas. Pero no es la única.
El autor nos remite directamente a visitar “Lo somni” uno de los libros más complejos de la literatura catalana medieval. Es importante recordar que nos explica Metge en “Lo somni”. El autor, secretario del rei de Aragón, se encuentra en prisión por un asunto oscuro de malversación de cuentas de la corona y entre sueños, se le van apareciendo personajes con quienes establece coloquios de carácter filosófico y transcendental. Bernat Metge es un buen lector de los clásicos y de la literatura italiana que le va llegando, desde su posición acomodada en la corte real, no le son extraños: Dante, Petrarca o Boccaccio.
En este “somni”/ “sueño” va recibiendo apariciones del otro mundo. El primero que se le aparece es el difunto Joan I de Aragón. Más tarde Orfeo, el mismo que bajó a los infiernos para rescatar su amada Eurídice y el anciano Tiresias -el mèdium clásico que actua de oráculo clásico-. Lola Badia, estudiosa de Bernat Metge, nos orienta sobre las intenciones del autor medieval “La clave está en los conceptos del mal y de la providencia, tal como los plantea el cristianismo: tanto el uno como el otro son indisociables de la noción de un alma inmortal y de un más allá de pena y de gloria, que son precisamente los temas del libro I y III de “Lo somni””.
El Bernat Metge de Lucas Margarit parte de una incógnita perturbadora en el pensamiento medieval, “Bernat se desnudó/ estiró los brazos/ frente a la ventana vacía/ y preguntó/ que és el purgatòrio?/ No había respuesta...”. El dilema existencial esta expuesto desde el primer momento. Bernat toma las figuras de Juan I, Tiresias i de Orfeo para explicar el más allá, también aparece la figura del padre de Bernat Metge muerto prematuramente, Guillem Metge, especiero -o lo que diriamos modernamente farmacéutico- en el texto de Margarit el padre acaba siendo una especie de alquimista que participa del sueño de Bernat. Es interesante observar la mirada mágica del pare “Guillem Metge, mi padre/ se refiere a las montañas/ cuando habla de los espíritus...” Así mismo como si fuera el poeta de la tradición catalana, el religioso Jacint Verdaguer, un pietista reverenciador, que anima i humaniza todo lo que ve.
Guillem está en la antesala de Orfeo, el enlace directo entre los dos mundos, el de los vivos y el de los muertos. Orfeo es Bernat, pero al mismo tiempo asume el papel del padre de Lucas Margarit, las identidades de los protagonistas se van sumando de forma sorprendente “ahora, Bernat/ se coloca junto al mar e imagina/ Troya quebrada/ Roma saqueada/ Atenas bajo el agua/ y recuerda el viejo pueblo, Claverol, en silencio...” La figura de Tiresias es aun más enigmática, recordemos que Tiresias es el ciego adivino, que oracularmente describe el futuro “ahora Bernat/ descansa/ cumple con el deseo/ de soñar tu muerte” No menos enigmática es la figura de Juan I, el rey a quién sirvió Bernat. El fantasma de Juan I aporta conocimientos desde el mundo de los muertos, filosofa “-lo animado no vive ni muere de un solo modo:/ aquí me ves, como la noche y como la voz que circula/ de la nada hacia la nada” más adelante aun afirma “...Otra vez entras a casa para descubrir/ que no existe el canal que/ separa los vivos de los muertos”. Entonces, como en un cuadro de Hieronymus Bosch, se van sucediendo descripciones fantásticas y grotescas. Aparece en la siguiente parte un “Cuaderno oscuro de Bernat” hay dos sonetos ingleses, donde Bernat duda de la fe, de las apariciones de Orfeo entre los dos mundos y del propio sentido de la existencia. Pero esta duda tiene un motivo más elevado “ahora necesitas la sed/ para preguntar/quien caza desnudo detrás del bosque blanco/ en tus manos/ caben perfectamente/ los huesos de un pájaro vivo/ necesitas la sed para demostrar que tu cuerpo ha cambiado”.
La segunda parte “Los otros cuadernos de Bernat Metge” compuestos como “Cinco cantatas sin música” son poemas dedicados a cinco mujeres de la mitología griega: Medea, Ariadna, Ifigenia, Dido y Eurídice, como si fuesen estatuas postmodernas los cinco mitos expresan meditativamente la tragedia que las define, la desolación en breves elegías. -En el libro de Bernat Metge“Lo somni” el tratamiento medieval de la mujer es peyorativo y misógino, Margarit, transgresor, al contrario de Bernat, le da la vuelta y reivindica el papel de la mujer desde los mitos clásicos-. No es extraño que Lucas Margarit cierre esta serie con Eurídice “orfeo inmóvil/ flota/ como la isla/ del destierro de ariadna”.
La tercera parte “Próspero y Benat” el autor entra en la dimensión de William Shakespeare, la figura de Próspero, recordemos que Próspero es un personaje de la obra “La tempestad”, depuesto Duque de Milán y exiliado a una isla, crea su realidad a paritr de la magia, Próspero esclaviza a Calibán y Ariel, dos seres fantásticos de la isla. Bernat y Próspero tienen en común el tiempo vivido en cautiverio, los dos buscan en la imaginación su supervivencia como individuos libres “aquí soy Próspero, deseando desear el mar,/ el viejo mar respirado en mis manos”. Bernat se identifica con la desgracia de Próspero “quien lee/ una palabra/ lee su propio nombre”. El cautiverio de los dos personajes es el cautiverio espiritual de Lucas Margarit “y el desierto ya no da las respuestas/ que explicarían las cruces en la piel/ ¿cómo existe tanto vacío entre tanta piedad?”. El interrogante cierra este encuentro entre Bernat y Próspero.
Y empieza la cuarta parte del libro “Algunas dudas sobre Bernat Metge” donde se va abriendo el descrédito de la redención espiritual y Bernat toca fondo “tiempo y tiniebla se cruzan como dos insectos/ cuando caen cerca de la piel” Lucas Margarit necesita respuestas interiores y solo encuentra silencio, desierto.“construirás tu zigurat para ubicar en su centro/ tus huesos/ y tus armas de hueso”. La quinta parte “Recuerdos de Bernat antes de morir” es la conclusión del pensamiento del autor. Bernat, abandonado, recorre a invocar las desgracias que le han precedido “¿has oído el lamento de las abandonadas?” refiriéndose a los cinco mitos femeninos de la segunda parte “¿has podido huir como las ratas moribundas a otra orilla?” identificándose con el exilio de Próspero “¿quién errara sobre mis huesos cuando mis lágrimas de niño se oscurezcan?” con la decepción del misterio, con la orfandad a la que nos condenan los fantasmas y esto interpela directamente a la identidad del poeta, puesto que es hijo de emigrantes y un ser humano huérfano también de transcendencia “Bernat se arrodilla y extiende la piel de un pájaro/ en la arena/ y estira su brazo para dibujar una letra muda”.
Lucas Margarit es un poeta que debemos visitar los lectores. Hace un acercamiento a los orígenes de la tradición de la literatura catalana, una tradición europea que desgraciadamente ha quedado solapada por los avatares de la historia. Un libro de poemas como “Bernat Metge” es alguna cosa más que una rareza, es una joya de poemario que remite directamente a la circunstancia del autor, con unos versos que cortan el aliento del lector: “El vacío corre tras/ las huellas separadas/ de un pájaro ahogado”, “soy hermosa como un muerto/ en tu historia”, “debes saber que/ existen ventanas talladas/ con el cuerpo/ vacío de los pájaros”... y muchas más lecturas de alto nivel que nos llevan de Sófocles a Shakespeare, de Bernat Metge a T.S. Eliot y a revisar la teoría de las tres voces de la poesía. Lucas Margarit es un poeta puente que une dos continentes a un lado y otro del Atlántico.
Jordi Valls

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